El comienzo (2ª parte)
Continuamos con la historia de cómo se conocieron Ann y Sasha, contada por la misma Ann Shulgin. Podéis leer la primera parte aqui.
Hacia finales de enero, recibí una llamada de teléfono de una mujer a la que había visto muchas veces en las reuniones del grupo de discusión del BBC, una mujer dulce, enérgica, juvenil, de unos sesenta años, que me recordaba a una condesa húngara que mis padres habían conocido en Italia cuando yo era pequeña. Hilda también llevaba joyas, como había hecho la condesa, finos dedos reluciendo con anillos, el cuello adornado con numerosos collares y colgantes. Era la presidenta de una fundación psicológica, cuyo nombre nunca podía recordar, y siempre estaba preocupada por un libro para el que parecía que siempre estaría reuniendo material.