Prólogo de Jonathan Ott a PIHKAL – La influencia que los Shulgin tuvieron sobre él

Continuamos nuestro inexorable camino hacia la publicación de PIHKAL y TIHKAL en castellano y rogamos paciencia a todos los interesados, que cada vez son más, ya que el número de suscritos a nuestro grupo Facebook se acerca a 3.500. Ya hemos presentado la carta que el gran Jonathan Ott escribió en apoyo a nuestro proyecto. En esta ocasión, y siguiendo con nuestra política de ofrecer adelantos de lo que será la edición de las obras de los Shulgin en español, ofrecemos un extracto del excelente prólogo que Ott ha escrito para abrir el PIHKAL.

No olvidemos que Ott es el heredero de los cuatro grandes investigadores farmacológicos, químicos, enteobotánicos y drogófilos en general: Richard Evans Schultes, Robert Gordon Wasson, Sasha Shulgin y el propio Albert Hofmann (sobre quien hemos escrito bastante: ver este enlacetambién éste y este otro, así como esta reseña del mismo Ott). En él han confluido estos cuatro grandes de la ciencia, por lo que se le considera la persona que actualmente más sabe sobre fármacos-drogas de todo el mundo. Sin más preámbulos, os dejamos con las palabras de Jonathan Ott, para que hablen por sí mismas, con su habituales buen humor e ironía. Como hemos dicho, se trata de un extracto. La versión completa podrá leerse en la edición de PIHKAL y TIHKAL en español. Y por cierto, también ha redactado otro prólogo para TIHKAL, así que estamos de doble enhorabuena.

Os recordamos que ya hemos publicado una página sobre el plazo de reserva y las instrucciones detalladas para adquirir PIHKAL y TIHKAL en español (leer aquí), para resolver todas las dudas que nos habéis ido preguntando. Aquí puedes ver nuestro vídeo promocional, y aquí la colaboración de Escohotado y aquí la de Jonathan Ott para los libros de los Shulgin. En esta página podéis leer un extracto de la dedicatoria de Ann Shulgin a todos los lectores hispanohablantes. En esta otra podéis leer la reseña que la Librería Muscaria hizo de Pioneros de la coca y la cocaína, el libro que regalaremos a todos los que hagan la reserva de los libros.

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En los próximos días, más sorpresas agradables sobre las celebridades que colaboran en esta nuestra/vuestra edición de las obras de los Shulgin. Por último, de nuevo aprovechamos para recordaros que es recomendable que os suscribáis a nuestra web, en el recuadro flotante que sale en la parte derecha de nuestras páginas, para estar directamente informados de todo lo que vamos publicando y saber en qué momento concreto se abre el plazo de reservas. Nunca nos cansaremos de decir que, a pesar de lo que mucha gente cree, Facebook no muestra los mensajes escritos por los administradores de un grupo a todos los miembros pertenecientes a ese grupo, sino sólo a un porcentaje determinado; una política que se debe en parte a su deseo porque las comunicaciones se realicen pagando, no de forma gratuita. Otro consejo es que busquéis nuestros mensajes no sólo en vuestra bandeja de entrada, sino también en la de comunicaciones comerciales, en la que recibe los mensajes de redes sociales e incluso en la carpeta de spam, ya que no podemos saber qué hará vuestro servidor de correo con los mensajes que os enviamos, sobre todo teniendo en cuenta que van dirigidos a muchas personas. Con marcarlos como de confianza, bastará para recibirlos siempre en vuestra bandeja de entrada y tener acceso inmediato a ellos. ¡Un fuerte abrazo psiquedélico! 

Proemio a Feniletilaminas que he conocido y amado

Jonathan Ott

La publicación original de PIHKAL marcó un punto de partida en mi desarrollo profesional… mejor dicho, la edición de un pequeño artículo en la revista trimestral Whole Earth Review, en el verano de 1991. El artículo, por Alexander T. (‘Sasha’) Shulgin, anunció la inminente publicación de PIHKAL, que salió en diciembre de aquel año. Yo había conocido a Sasha Shulgin dieciséis años antes, en la primavera de 1975, en Berkeley, California, al este de la Bahía de San Francisco. Al terminar mi carrera universitaria, en vísperas de comenzar dos años de estudios en México, andaba yo por el ‘Área de la Bahía’ (como lo llamamos: Bay Area) en busca de una editorial para mi primer libro (tuve éxito, y el libro salió en el otoño de 1976). Algún amigo mutuo me presentó a Sasha en su casa campestre al este de las Lomas de Berkeley, que enmarcan la Bahía (antiguamente forradas de árboles Sequoia de cien metros), igual que las Lomas de San Francisco al oeste (cubiertas de casas victorianas, hechas con la madera de aquellos árboles). Aunque Sasha Shulgin y yo tuvimos escasa relación durante la siguiente década, nuestro breve encuentro tuvo un impacto gigantesco sobre mi vida profesional. Naturalmente visitamos su laboratorio campestre, ¡que fue toda una revelación para mí! (…) En ese momento, ¡juré hacer todo lo necesario para poder gozar algún día de mi propio laboratorio rural al estilo de Sasha! Me costó una década y mucho trabajo, hasta por fin inaugurar mi propio laboratorio, en la primavera de 1985, sobre la bucólica Vashon Island (en el estado de Washington, al noroeste de Estados Unidos).

(…) Me dio un gusto enorme conocer los planes de Sasha (junto con su segunda esposa, Ann, todavía desconocida para mí por entonces), a la vez que ¡me provocó una terrible crisis de tipo existencial! En resumen, me hizo sentir (por muy exitoso que yo me imaginaba) que no había cumplido plenamente con mi deber político, un deber estrechamente ligado con mis dotes como escritor. En mi racional ansiedad por salvar mi pescuezo de la histeria política en torno a las ‘drogas’, era innegable que ¡me había autocensurado! (…) Así que debo a PIHKAL y a la pareja Shulgin el ímpetu que me llevó a materializar Pharmacotheon, y les estaré eternamente agradecido

(…) Aquí tal vez no debería hablar tanto de mí. Por otro lado, cualquier impacto que hayan tenido Pharmacotheon y mis otros libros… los frutos que han dado los numerosos seminarios y conferencias que hemos organizado… todo esto se debe en buena medida a una muy acertada y merecida patada en el culo que de manera inconsciente me propinó Sasha Shulgin en 1991, al anunciar su libro aún inédito por aquella época, PIHKAL.

(…) No cabe duda de que PIHKAL ha sido un libro ‘revolucionario’ (como aquel libro epónimo de Copérnico en 1543, sobre la ‘revolución’ de los orbes celestes); que marca una nueva época; un antes y un después. La ciencia, el conocimiento, siempre ha sido un arma de doble filo. Ann y Sasha Shulgin frotaron una prodigiosa ‘Lámpara de Aladino,’ lo cual conllevó, a la vez, abrir una tenebrosa ‘Caja de Pandora.’ Estamos eternamente en deuda con ellos, y el mundo ya jamás será igual.
 

San Andrés Tlalnelhuayocan
14 de septiembre de 2015
Jonathan Ott