¿Un farmacólogo tan importante como Shulgin, de inminente actualidad? Sí, en unos días…

Puedo prometer, y prometo, que si el lector lee toda esta página sin salirse de ella a través de sus enlaces y, por supuesto, si no cierrra el explorador por completo, se enterará de una grata noticia que no trata sobre Shulgin, de quien seguiremos ofreciendo material hasta la publicación de sus libros en español. No, hablamos de otro tema, aunque es cierto que tiene mucha relación. A propósito, si yo estoy escribiendo esto y usted leyéndolo -habiendo entrado por su voluntad en esta página-, se debe a que tenemos algo en común: probablemente el mismo interés por las sustancias psiquedélicas, y posiblemente también por todos los psicoactivos en general.

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Sea como fuere, es evidente que tanto usted como yo admiramos la figura de Shulgin. Pero si pidiese al lector que me nombre otro personaje famoso en el que podamos coincidir del mismo modo, y cuyas creaciones también nos parezcan igualmente interesantes… Y si además añadiese que forma, junto con Shulgin, la pareja de químico-farmacólogos más importante de la historia (aunque con muchas menos sustancias que Shulgin en su haber), y que es el inventor de drogas que más ha contribuido al movimiento psiquedélico, a la contracultura, e incluso a la cultura con mayúsculas (con mayor influencia que Shulgin), estoy seguro de que el lector tardaría sólo una fracción de segundo en decirme su nombre… Por si no ha acertado, este enlace le servirá como pista, y de hecho también para evitar leer este artículo; pero, por favor, no cliquee sobre él porque se perdería todo lo bueno que viene ahora, que no es poco.

¡Por supuesto! ¿Quién podía ser sino Albert Hofmann y su archiconocida LSD, la sustancia emblemática de los años sesenta? Es el químico que no recibió el Premio Nobel por culpa de la mala prensa que adquirió el ácido, pero que a cambio se ganó el cariño de varias generaciones de drogófilos, psiconautas y librepensadores; que perdió la oportunidad de recibir el máximo galardón y de aparecer en la honorable lista de mejores científicos de la historia, pero que a cambio se convirtió en una figura mucho más popular y querida de lo que habría sido con el premio; y que, gracias a descubrir la LSD, además de por la publicación de sus libros y artículos, ha ejercido -y sigue ejerciendo- sobre el resto de los mortales una influencia mucho mayor que la que habría tenido con un "simple" Nobel. De nuevo, puede usted elegir entre seguir leyendo este jugoso artículo, o no leer más e ir al meollo de la cuestión cliqueando aquí o aquí. Haga lo que desee; de todas formas, en esas otras páginas también tendrá que leer bastante.

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Hofmann tuvo la fortuna o la desgracia de sentir unos extraños efectos que le obligaron a irse a casa sin terminar la jornada laboral mientras, el 16 de abril de 1943, resintetizaba una sustancia que había obtenido cinco años antes, pero cuya utilidad había descartado la compañía farmacéutica Sandoz, donde trabajaba. Esos efectos le sorprendieron, y al principio se negó a creer que se debieran al objeto de su trabajo, ya que siempre tomaba todas las precauciones necesarias para no tener contacto con los compuestos. Sin embargo, para nosotros no son tan sorprendentes porque sabemos que esa droga es activa en el rango de microgramos (magnitud un millón de veces menor que un gramo) y que pudo penetrar en su cuerpo por cualquier herida o a través de los ojos. Permaneció intrigado todo el fin de semana, y tres días después, al tomar 250 microgramos por vía oral, tuvo el primer viaje de ácido de la historia: había nacido la LSD, un hecho que no sólo marcaría su vida, sino la de miles de personas, así como todo el devenir histórico-cultural, principalmente durante la década de los cincuenta y los sesenta.

Ese hombre es, ya lo hemos dicho, Albert Hofmann, pero -sorprendente y lamentablemente- hasta ahora no ha habido ningún libro dedicado a él en nuestro país. Llegados a este punto, y volviendo de nuevo a las analogías, al igual que los traductores de nuestro equipo están trabajando para que por fin puedan leerse en español las dos obras principales del genial químico y farmacólogo Sasha Shulgin, del mismo modo, el autor del libro que presentamos decidió emprender una tarea similar con el otro genio de la química y la farmacología, por primera vez en nuestro idioma; y, como podrá suponer el lector, no es casualidad que esa persona sea el director del Proyecto ShulginAhora ya sí debe seguir leyendo porque le falta poco, y dado todo el esfuerzo que ha hecho, es seguro que no se va a detener aquí. No obstante, le volvemos a ofrecer la oportunidad de ir al grano entrando en esta página o en esta otra.

En un momento ideal, cuando nos encontramos con las traducciones de PIHKAL y TIHKAL muy avanzadas, pero faltando aún al menos tres o cuatro meses para terminar la revisión completa, el proceso editorial y la impresión… A fin de hacer más breve la espera, qué mejor momento para que salga al mercado el primer libro en español sobre Albert Hofmann, que, como hemos dicho, forma con Shulgin la pareja de químicos psiconautas más importantes de la historia.

De este modo, y para beneficio de nuestros lectores, a los que aún faltan unos meses para leer a Shulgin en español -aunque les aseguramos que la culpa no es nuestra-, en enero de 2015 estará en las librerías esta nueva obra, publicada por la prestigiosa editorial La Liebre de Marzo, que desde hace muchos años ha puesto a nuestra disposición los mejores libros sobre sustancias psicoactivas porque su sello es garantía de calidad. Adelantándose al rigor de la imprenta, su encargado de comunicación, Xavi Vidal, ha escrito esta reseña-presentación.

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Y ya por fin, el título del nuevo libro que está a punto de salir al mercado es Albert Hofmann – Vida y legado de un químico humanista. No contiene sólo una biografía del buen doctor, sino también una historia cultural en torno al hecho que marcó su vida, el descubrimiento de la LSD, además de una gran cantidad de materiales relacionados y complementarios.

Para concluir, terminando con las analogías, y para disfrute del lector que haya llegado hasta aquí: todo el mundo sabe que el insigne farmacófilo Jonathan Ott es la celebridad más relevante que avala nuestro proyecto sobre Shulgin, que leerá los libros traducidos para dar su visto bueno y que escribirá prólogos para las dos obras. Entonces… Pues sí, de nuevo ha acertado el lector. No podía ser otro el encargado de redactar el prólogo a este libro sobre Albert Hofmann. Al fin y al cabo, Ott no es sólo la persona con más conocimientos sobre fármacos y drogas de todo el mundo, sino que también tuvo el honor y el privilegio de ser el mejor discípulo de estos dos sabios, Shulgin y Hofmann. ¡Menudo plantel de químico-farmacólogos!

Igual que -cuando llegue el tan ansiado momento- ningún miembro de este amable mundillo de las drogas rechazará el privilegio de leer los mejores libros de Shulgin en español, del mismo modo, ningún psiconauta, drogófilo o aficionado a estos temas puede dejar escapar la oportunidad de leer la primera biografía sobre Hofmann en español, que incluye la historia de la LSD, cómo y por qué fue prohibida, testimonios inéditos sobre el buen doctor, e incluso un cómic, entre los numerosos apéndices del libro Albert Hofmann – Vida y legado de un químico humanista.

Y para más información, pueden visitar la página web dedicada a él y a la obra reseñada: http://www.alberthofmann.es/. Allí podrán leer y descargar materiales adicionales, tanto para conocer mejor su figura y el contenido del libro, como para entretenerse adecuadamente hasta que el libro salga de imprenta y esté disponible.

Muchas gracias por su atención; y un agradecimiento especial para quien haya leído todo hasta aquí, sin saltarse ni una sola línea. Espero que les haya gustado esta presentación. Ya saben que pueden comunicarse con nosotros a través de Facebook o escribiendo a la dirección email admin@shulgin.es, que consultamos y contestamos dos veces por semana. Si, por algún motivo especial, quieren dirigirse personalmente al autor del libro sobre Hofmann, de esta reseña que han leído y de la web http://www.alberthofmann.es, pueden hacerlo escribiendo a su correo personal, jcrfranco@gmail.com.

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